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24 de febrero de 2020

"Cosucas", de la mi Cantabria

Cada cosa a su tiempo.

A veces son cosas que se olvidan, o para las que no da tiempo. Información que se desconoce o detalles que pasan desapercibidos.  Ramas que no dejan ver el bosque o bosque que oculta las ramas...
Cosas...que a veces dejo para otro momento y otras que sin buscar me encuentro

Sardinero. Santander. Cantabria
05 enero 2020

Las olas vienen y se van. Me gusta el mar. El mar es mi Norte. Desde las montañas, siempre busco el mar. Su aroma llega hasta tan lejos que resulta muy fácil saber donde está...

Faro de la Cerda. Santander. Cantabria
05 enero 2020

El Faro de la Cerda
"Se ubica en la parte noreste de la Península de la Magdalena, por encima de los acantilados, en el lugar en donde hubo una pequeña fortificación de época medieval. El mismo se localiza muy cerca del denominado Embarcadero Real, en posición estratégica sobre la bocana de la bahía de Santander.
Se trata de un faro de finales del siglo XIX, construido para facilitar el acceso a la Bahía de Santander de los barcos. Presenta planta cuadrada y dispone de varias alturas construidas en piedra, empleándose la sillería en los esquinales. El cuerpo principal presenta varios vanos cuadrados, y está rematado por una balaustrada de hierro sobre la que se asienta la linterna del faro."
(Texto del panel informativo)
No me gusta esta descripción. Para mi gusto, mal redactada y "embarullada".

Cuando tienes las cosas cerca y a mano, no te preocupas, no tienes prisa en ir a por ellas. Me faltaba este faro, aunque muchas veces estuve cerca, siempre me pasó desapercibido. Un día supe de él, y por su cercanía, no tuve prisa en ir a buscarlo. 
La verdad es que, a mi parecer, está un poco escondido. Hay que acercarse al borde del acantilado y solo se ve por encima, o entre los matorrales. Supongo que lo importante es que se vea desde el mar, al fin y al cabo ese es su cometido: guiar a los barcos. Imposible acercarse desde tierra, el recinto está cerrado y video-vigilado.
De la descripción del panel me quedo con el dato de que existió una pequeña fortificación medieval en el lugar en que está ubicado este faro.

Faro de La Horadada. Santander. Cantabria
05 enero 2020

El Faro de Peña Horadada
La Peña o Isla de la Horadada es un pequeño islote situado frente a la Bahía de Santander. Sobre esta roca, sin apenas cabida para nada más, se ubica un pequeño faro al que se solo se accede desde el mar mediante una escalera metálica adherida al peñasco y que sirve de guía a los barcos para su entrada a puerto.
La parte más llamativa de este faro es, sin duda alguna, la que el océano se tragó. Contaba este islote con una ventana, un arco natural en la roca, producto como tantos otros, de la erosión del mar, que es lo que en su día le dió tal nombre "la Horadada".  El 19 de enero de 2005 un fuerte temporal terminó con lo que quedaba de "horadar" y el mar se tragó aquel arco de piedra que durante siglos había adornado la entrada de la Bahía de Santander. 
No le falta a este islote, su propia leyenda, dicen unos que un barco que traía las cabezas de los santos Emeterio y Celedonio (patronos de la ciudad), chocó contra la roca, haciendo así el agujero..., dicen otros que cuando el barco estaba a punto de chocar con el islote, la piedra se abrió dando paso a la extraña nave y su preciado cargamento...aunque dicen otros que las cabezas de los santos llegaron flotando río arriba, desde Calahorra por el Ebro...

Sierra de Hornijo. Ramales de la Victoria. Cantabria
11 enero 2020

A veces las montañas se envuelven en un halo de misterio y a veces no. Me gusta la montaña. Su fuerza, su silencio, su saber estar. La montaña esconde muchos secretos...para quien los quiera encontrar. A veces se deja y a veces no. 

Cueva bajo el Pico San Vicente. Sierra de Hornijo. Cantabria
11 enero 2020

No la conocía. Si que leí algo de un camino para subir al Pico San Vicente que iba por la cara norte o nordeste, desde Ramales a Manzaneda, y que pasaba por una cueva. Viendo la silueta de este pico desde Ramales o desde la carretera, siempre me pareció que esa vía, tendría por fuerza que ser una temeridad, y la cueva que nombraban, un imposible, solo para expertos más audaces. 
Sin embargo, a veces, los caprichos del destino te sorprenden agradablemente.
Salimos de Ramales, por el sendero del Gr-74 que va  hacia El Cuadro y La Gándara de Soba. La idea, una vez en el collado, después de rodear el macizo por el oeste, era hacer la subida del Ancillo, que ya hicimos una vez, pero apenas recordábamos. El camino era más largo de lo que recordábamos y además, a pesar del buen tiempo, el paso por la canal del Ancillo, a través del hayedo, estaba lleno de barro que dificultaba sobremanera el avance. Nos cruzamos también con el ganado que bajaba de los pastos, en sendero estrecho no quedó otra que retirarse y esperar a que pasaran. Todo ello hizo que al llegar al collado, optáramos por no subir, solo mirar, situar bien la entrada del paso hacia la cima y volver otro día. Así que, continuamos por la pista hacia Manzaneda y "aventuramos", si encontrábamos un sendero claro para bajar a Ramales desde allí, hacíamos una circular completa, rodeando todo el macizo hasta el punto de partida. Y si no...media vuelta por donde habíamos venido... o una "kilometrada" por carretera desde Rozas hasta Ramales.
Y encontramos un indicador en Manzaneda: "Encinar del Gándara-Ramales de la Victoria". Si estaba señalizado, malo no podía ser y nos ahorraba unos cuantos kilómetros.

Cueva bajo el Pico San Vicente. Sierra de Hornijo. Cantabria
11 enero 2020

No sé su nombre, ni si lo tiene. Es una cueva, grande, de al menos tres amplias estancias visitables. Se accede líbremente desde el camino del encinar y sin correr riesgos ni hacer grandes esfuerzos.
Me encantó. Me gusta imaginar que esta cueva, al igual que otras tantas, conocidas o desconocidas, que abundan por la zona, fueron "el hogar" de nuestros antepasados. Asentamientos de nómadas, cobijo para las tribus del norte, resguardo para los pastores...a salvo de las inclemencias del tiempo y otros peligros. Bajo el amparo de la montaña, un lugar seguro donde descansar a salvo  y sobrevivir...
No le faltaba a la estancia, el lugar donde se hiciera el fuego, con restos de algún que otro utensilio de época ya más moderna, y algunos huesos, seguramente de cabra u oveja, de la que algún estómago necesitado (humano o animal) darían de ella buena cuenta.

Espinilla. Campoo de Suso. Cantabria
12 enero 2020

A través del espejo...fantasía o realidad. Reflejos, imágenes distorsionadas que a veces superan la realidad. Días de si, días de no, días de tal vez...días en los que si alguien manda, es solo el azar.

Paracuelles. Campoo de Suso. Cantabria
12 enero 2020

Un día claro y despejado, con lluvias por el norte pero el tiempo ideal en el sur. ¿Ruta? pues si, Somaloma, que ya le toca un día sin niebla, que es lo único que conocimos las dos veces que estuvimos allí. Pues no. "Peligro, batida de caza". ¿Peña Amaya? ese último bastión de la resistencia cántabra que tanto me gusta...si. Pero no...el cielo pasando Los Tornos, se tercia grisáceo y amenazante. ¿Cañeda? puestos a perder un magnífico día de ruta...aquel letrero, un pequeño paseo hasta el nacimiento del Besaya...camino cortado, cercados de alambres, ninguna indicación más salvo el letrero del pueblo. Va a ser que tampoco. ¿Aqui..? ¿Allá...? ¿Para qué...? ¿para qué? Paracuelles. 
Una visita siempre pendiente. Decidido, Paracuelles, paramos, lo vemos, comemos en Espinilla y luego ya se verá. 

Soto. Campoo de Suso. Cantabria
12 enero 2020

Y ya puestos, a por otra cuenta pendiente. Ese precioso escudo que hay en Soto, en la casa de la curva, cuando vamos hacia Palombera. Siempre lo miro, está apuntado en la lista de pendientes de mi cabeza. Me gustan los escudos. Me gusta la piedra. Miro por la ventanilla del coche cada vez que pasamos de largo los pueblos, "en ese no hemos estado" digo, y me lo apunto en mi mente, y recuerdo las casas donde vi algún escudo. Otro día, cuando toque, cuando lo visitemos, me lo llevo.
Y tocó. La casa tenía dos escudos, que ya lo había oteado yo desde el coche la última vez, el del muro y otro dentro, en la fachada de la casa. Me llevé los dos. Ambos representan las Armas de García de Soto.
Después de comer disfrutamos de las vistas desde el coche por Palombera, no hubo ruta pero cerramos cuentas pendientes con Paracuelles, los escudos de Soto y una visita a la capital de Valle de Cabuérniga. Siguiendo las líneas que nos marca el azar.

Nacedero del Besaya. Campoo de Enmedio. Cantabria
18 enero 2020

Nacedero del río Besaya

El río Besaya nace en la vertiente SE del Cueto Ropero cerca de Aradillos (Campoo de Enmedio) y se une con el Saja a la altura de Torrelavega. Esta confluencia Saja-Besaya, tiene su desembocadura en la Ría de San Martín de la Arena (Suances-Miengo). Su recorrido hasta Torres, es de 46 km. Sus principales afluentes son: Bisueña, Los Llares y Cieza, por la izquierda; Aguayo, Torina, León, Erecia y Casares, por la derecha.

Nacedero del Besaya. Campoo de Enmedio. Cantabria
18 enero 2020

Siempre hay algo nuevo que descubrir. Nos pasamos la vida soñando con imposibles, imaginando, buscando a lo lejos lo que tenemos al lado, y no vemos... Damos más importancia a lo ajeno que lo a propio, a lo ficticio que a lo real. Me gusta recorrer mi tierruca, conocer lugares de los que a veces ni oí hablar. Me gusta "topar" con las cosas y después averiguar. Y a veces....solo a veces, las voy a buscar. 

Nacedero del Besaya. Campoo de Enmedio. Cantabria
18 enero 2020

El nacimiento (o nacedero) del Besaya. Esta vez desde Fresno del Río. Allí encontramos un panel informativo de la ruta que si he de decir la verdad, informaba muy poco. Ni una señal aparte del panel. Fácil de llegar, si no te equivocas de caminos y te vas para otro lado. Para gustos, está arreglado, acondicionado, y con una zona de esparcimiento justo al lado. Bonito. Un poco más adelante encontré un panel medio escondido, esta vez si, con información sobre el río y su cuenca. Al verlo me dije: "qué pena", me gusta más al natural, como aparece en la foto del panel. No acabo de entender esa "manía" de desnaturalizar la naturaleza creando un entorno artificial.