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RUTAS: La Peñamellera (the last round, by the moment..)

24 de noviembre de 2012
Magestuosa, brava, desafiante...y tan...endemoniadamente atractiva.
Esta vez tiene que ser la definitiva, ya sabemos cuales son sus caras inaccesibles y ya conocemos el terreno, más o menos. Hay un par de tramos de riesgo III, pero estamos decididos: a por ella.

Bores, Palacio de Ojeruz. Punto de partida.
Esta vez nada de tonterías, derechos al grano. Esa Jorcadura de allá arriba, llegamos hasta ahi y a trepar con mucho cuidado hasta el punto más alto. Vista desde aquí ya no parece tan brava.

disfrutando de las vistas

mientras nos vamos acercando a nuestro objetivo

el cielo estaba espectacular 
una miradita atrás y a seguir subiendo..

es curioso como el campo visual se distorsiona a medida que te acercas y cambias de perspectiva. De lejos estaba claro, ahora, con la experiencia del anterior intento fallido, sabemos que no debemos dejarnos engañar por lo que en apariencia sería lo más lógico, o lo más fácil. Aqui se puede entender los intentos "a lo kamikace" de la vez anterior: la atacamos por la derecha (pero no lo suficiente), luego por el centro, y abandonamos por la izquierda. Hay que rodearla más hacia la derecha, hasta el margen de la foto, alli encontraremos el camino hacia la ansiada jorcadura.

nadie dijo que fuera un camino de rosas..

aun tenemos que avanzar un poco más..

el terreno empieza a complicarse, pero eso no impide detenerse y observar, no sin antes haber asegurado bien los pies (la pendiente es muy acusada y una mala pisada puede hacernos rodar hasta la base)

el cielo sigue ofreciéndonos su magnífico espectáculo de blancos y azules

y la montañita...su agresividad...

ya estamos llegando al primer objetivo: la Jorcadura, esa pequeña "V", esta vez sí vamos por la senda correcta, a partir de ese punto comienzan las trepadas grado II y III. Aun no sabemos a lo que nos vamos a enfrentar, las descripciones lo ponen como pequeña dificultad, con riesgo de caida libre de 600 m. pero accesible sin necesidad de un grado alto de experiencia. 

este es el balcón que se nos presenta nada más asomar la nariz a esa "V" 

a mi personalmente me encanta, mis amigos sufren cuando me ven asomarme, pero tranquilos chicos, nunca arriesgo más que lo justo, me aseguro de que mis pies estén en terreno bien firme y solo asomo la nariz "un poquito"

Trepar, eso es lo que nos espera de aqui en adelante. Ya hemos visto la verticalidad que se esconde detrás de esa horcadura, y también sabemos la pendiente empedrada que acabamos de afrontar hasta llegar aquí. Esto empieza a ponerse más que complicado. Hay buenos agarres en las rocas pero un paso en falso significaría una caida sin freno. Superado el primer momento "pánico" decidimos continuar un poco más.

Si amiga, no queda otra. Tienes que olvidar lo que hay a ambos lados y trepar por esas rocas hasta que encontremos un camino más amplio que se esconde en algún recodo un poco más arriba. Venga, no hemos llegado hasta aquí para que unas piedrecitas nos echen para abajo.

Y comenzamos la trepada..

la verdad es que el caminito se las trae...

un poco más...Stop. No se puede forzar la máquina. Debo decir en este punto que este reto, afrontado por todos de común acuerdo y con las mismas ganas de superación no ofrecía para todos la misma dificultad. Miedo a las alturas, vértigo que llamamos comúnmente. Dos de los componentes de este grupo arrastraban esta dificultad añadida. Aun así, uno de ellos optó por acompañarme aun más arriba. 
Sin demasiadas fotos, las que pude en una primera escapada en solitario y unas pocas más, rapiditas, antes de que le diera un síncope a mi amigo al verme haciendo fotos en medio del abismo. 

hasta aqui se llega después de una pequeña escalada y bordear la roca pegado a la pared por un estrecho camino en el que apenas cabe una persona, el hombro pegado a la pared y al otro lado un corte vertical con una caida de más de 600 m. Las vistas: geniales..

ahi abajo, ocultos entre los picachos han quedado dos de los componentes del grupo, recuperando aliento para afrontar la peligrosa bajada que luego nos espera.

y hasta aquí mi querido y fiel palo, la arista, precipicio a un lado y a otro, solo queda subir por estas rocas hasta la arista y por ese fino borde alcanzar el pastizal que conduce sin dificultad hasta la cumbre. Somos un equipo, el objetivo está ya más que superado. Dividir el equipo y tentar a la suerte no está contemplado. Nuestro contrato dice, disfrutar y compartir. El riesgo ya ha sido sopesado y es el momento de volver a recoger al resto del equipo y continuar, esta vez en fase de descenso, a buscar un lugar seguro y placentero donde dar buena cuenta de los bocatas y de la bota de vino. Nos lo hemos ganado!

esta es la pared que se abre a un lado..
esta es la que ofrece el otro lado...
por aqui hay que volver a bajar..

ese árbol está en el estrecho sendero por el que tendremos que pasar arrimados a la pared
ese picacho es el que acabamos de dejar..
y aqui...todos juntos de nuevo, momento patatas y bota de vino, hay que tomar fuerzas antes de deshacer las dos primeras trepadas, eso nos llevará un buen rato. El vértigo se hace más patente al bajar que al subir, la vista es más difícil de distraer y hay que conjugar los cinco sentidos para no dar un mal paso.

Damos por zanjada nuestra cuenta pendiente con esta pequeña gran montaña, despues de superar los dos tramos de escalada a la inversa hasta la horcadura, bajar por el pedregal se convierte en tarea más sencilla. Pronto alcanzamos el prado por el que comenzó la ascensión, en el collado, y alli, nos sentamos a comer. 














Compartimos experiencias, risas y buen humor. Contemplamos el vuelo de los pájaros, el fabuloso paisaje  y el espectáculo de las nubes sobre un cielo azul intenso. Descansamos, planeamos sobre el próximo objetivo y emprendimos el camino, ahora ya paseo, de vuelta hacia el coche. No sin volver a cada paso la mirada hacia la Peñamellera, altiva, orgullosa, dominando. Preciosa.


mis amigos delante...

la Peñamellera detrás...

adiós amiga...

Nunca te vamos a olvidar. 

Nos enseñaste una gran lección,  nos enseñaste a valorar nuestras capacidades, nos retaste a superarnos, a esforzarnos, a enfrentarnos a nuestras debilidades, a ayudarnos, a confiar los unos en los otros. Nos obsequiaste con muy buenos momentos y finalmente nos depositaste a salvo en el mundo, con los pies en el suelo y con la cabeza bien alta, admirados de tu grandeza y orgullosos de nuestros logros.
Tu embrujo nos seguirá hechizando,

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