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13 de febrero de 2022

Y el mundo gira...

Y el mundo gira...y yo con él
y regreso a mi ventana  una y otra vez,
para ver, para sentir, para recordar, para borrar,
para comenzar de nuevo a girar...

Costa Quebrada. Santander
06 enero 2022

La marea está alta, hoy no veré al gato bajar a pescar...ese minino atrevido, dicen que a los gatos no les gusta el agua, será... Yo lo he visto varias veces, me gusta observarlo desde mi ventana favorita, como baja, como observa, como acecha, como se lanza certero a por su presa y se retira a resguardo entre las rocas para saborear su desayuno recién pescado. 

Costa Quebrada. Santander
06 enero 2021

Se está abriendo un nuevo agujero. Es una grieta, una canal. Alguien ha puesto una rama, donde había uno ahora hay dos más. Es la acción del mar. Imparable, sigue su curso natural. Dentro de poco se abrirá más, la tierra se separará en dos dejando al descubierto esa grieta en perpendicular que se unirá a la otra que hay un poco más allá. Las olas rompen contra la costa, el agua penetra por debajo de las rocas y se va creando una canal subterránea, luego la tierra cede y así se va modelando la nueva geografía del litoral. 

Costa Quebrada. Santander
08 enero 2022

"Fenómenos costeros", es verdad, no me acordaba. Lo habían anunciado. Hoy el gato tampoco podrá pescar. Por aquí está más en calma. He dejado atrás a todos esos curiosos sin sentido que vienen a buscar la foto más chula, la foto más guay, la más espectacular. Descerebrados irresponsables. Les he visto acercarse a la orilla, al borde del acantilado, al peñasco que antes tapaban las olas. Las olas vienen y van. Golpean, se retiran, cobran de nuevo fuerza y y arremeten sin piedad...

Río Latarmá. Lamasón. Cantabria-Asturias
15 enero 2022

Latarmá, me gusta su nombre, suena mágico, suena a poesía. Nace en el Macizo de Arria y discurre por tierras de Asturias y Cantabria. Misterioso y juguetón, asoma y se esconde constantemente, entre sumideros y surgencias, va jugando al escondite: ahora me ves..ahora no...me cuelo por un agujero, resurjo bajo una piedra...sígueme, búscame.. como la memoria
A veces recuerdas una parte del camino y otras no. Pasa el tiempo y al regresar lo ves todo distinto, como si fuera nuevo, el mundo gira, las cosas cambian...todo no...hay detalles que no se te olvidan y la naturaleza los ha guardado para ti, y recuerdas ese árbol tumbado, de la misma forma que estaba, y la arena donde se hundieron tus pies al acercarte...un camino sí, otro no y el no se convierte en si...
El panel de ruta ha desaparecido, las marcas se han borrado y los letreros también. Da igual. Mejor. Cada vez cuesta más encontrar lugares que no estén llenos de gente. Es un placer caminar sin más compañía que la propia naturaleza. Explorar nuevos caminos, "salirse de pista". 

Macizo de Arria. Herrerías. Cantabria
15 enero 2022

Recorrer viejos caminos ya conocidos, y a veces olvidados... abrir nuevas puertas, tomar aquel otro sendero que nunca antes habías tomado porque... a donde querías ir, no se iba por ahí.
Se puede subir al Arria desde Latarmá, entrando por la Venta Fresnedo. Por el otro lado subiríamos desde Burió, o desde Lafuente, en Lamasón. A una montaña se puede llegar desde muchos lados, el destino tal vez parezca el mismo. No lo es. El objetivo no es un lugar al que llegar, es saber de cuántas y tan diferentes maneras se puede llegar. Experimentar, nuevos caminos y nuevas sensaciones.
No se puede mirar al futuro con una sola perspectiva. Podemos ver o creer, pero nunca saber lo que nos espera al otro lado hasta que no lo experimentamos.

Altos de Rodiles. San Miguel de Aras. Cantabria
16 enero 2022

La belleza del lapiaz. El placer de improvisar. Un día vas hacia un lugar y el azar te acaba llevando a otro. Crees que vas a repetir y acabas haciendo algo completamente distinto. La idea era el Candiano, pero había una partida de caza. San Miguel de Aras podría ser otra opción. Subir al Mullir, aunque es más cómodo desde Fuente Las Varas...¿Y si cogemos la pista que no tomamos la última vez?  Y llegados a otra intersección, ¿para qué seguir hacia el Mullir si ya lo conocemos? Optamos por la que se dirige a la Bien Aparecida pasando por la Alcomba. La Bien Aparecida está lejos, teniendo en cuenta que debemos regresar a San Miguel de Aras. Algo se nos ocurrirá. Dice el de montes que llegando a la altura de Monticueva se puede bajar a San Miguel, por unos senderos de ganado hasta enlazar con la pista del depósito, aunque luego... sin conocerlo.... complicáu. 

Bosques de La Cerrada sobre Bartolomé de los Montes
16 enero 2022

Llámese casualidad o experiencia, o yo que sé... De lo conocido a lo desconocido... De la sierra del Mullir a la de la Alcomba, por debajo de La Colina y de los Montes del Infierno, pasando por un lugar llamado Bosquemado y otro Castillo Pedroso. Y cuando bromeas con aquello de "o se nos aparece la Virgen o hasta la Bien Aparecida..." descubrimos por casualidad un sendero, de esos por los que seguramente hace mucho tiempo que no pasó ningún ser humano...la dirección es buena, es ancho, luego se estrecha, un árbol caído que corta el paso...el tramo que se convierte en el cauce de un arroyo... Y la anécdota con las yeguas... ¡qué presión! de repente escuchas unos pasos detrás de ti, crees que es un deportista corriendo y piensas "bien, si ha tomado este sendero es porque nos lleva a alguna parte", te giras y ahí están, creo que eran tres, ni idea de dónde salieron, y bajan detrás, cerca, muy cerca, solo se paran cuando me paro, uff, ¡qué presión! van más rápido que yo...hasta que se cansan de esperar y se desvían del camino...
Bien, íbamos bien. Un par de portillas nos indican que llegamos a la "civilización". La carretera, otro sendero, una pista, el depósito..., y efectivamente, del depósito pabajo, no hay camino claro. Pero bueno, lo importante a veces es saber a dónde tienes que llegar. Y llegamos.

La Piluca, Mullir y la Alcomba desde El Somo. Matienzo
22 enero 2022

Cómo pasa el tiempo...Volver. Recordar. Reconocer. Y darte cuenta de cuánto has olvidado, ¿olvidado? o tal vez algunas cosas han cambiado... Todo puede ser. No recordaba la pista al inicio, creo que la primera vez no estaba. O nos equivocamos y no la vimos. La segunda vez si. No porque la recuerde, sino porque repasando mis fotos de entonces, he visto que si. 
Si recuerdo el punto en el que la primera vez nos dimos la vuelta por no encontrar las señales y porque como seguramente nos confundimos en el inicio y debimos dar muchas vueltas tontas antes de llegar allí (incluido el episodio del mastín cuando nos colamos en su terreno y nos escoltó hasta la salida) pues, se hacía muy tarde y regresamos sin subir. En ese mismo punto, la segunda vez (que éramos cuatro), nos separamos uno en cada dirección hasta encontrar la siguiente señal. Así que esta vez, recordaba con exactitud el lugar donde estaba pintada la señal blanca y amarilla. Pero...primero vamos a conocer El Somo, que siempre está bien hacer algo nuevo.
Es posible que el tiempo haya borrado de nuestra memoria algunos detalles y parte del camino. En cambio, el tiempo, nos ha obsequiado con nuevos conocimientos, con nuevas perspectivas. Ahora si, lo que no hubiéramos podido reconocer ni la primera, ni la segunda, porque no lo conocíamos. Ahora sabemos dónde estamos y conocemos todo lo que vemos a nuestro alrededor, la Piluca, justo delante de nosotros, el Mullir a la izquierda y la Alcomba en el medio, detrás...

El Somo desde la Piluca. Matienzo. Cantabria
22 enero 2022

Y si el mundo gira, nosotros también. Bajamos del Somo, seguimos las marcas, subimos a la Piluca, perdemos las marcas, bajamos de nuevo a la pista, volvemos a subir, cogemos otro sendero, encontramos las marcas, las volvemos a perder, abajo nos ladran unos mastines... vamos pallá, volvemos pacá.... y sabemos que la segunda vez que vinimos, por algún lugar cerca de aquí, las perdimos y las encontramos otra vez. Pero... como la memoria juega malas pasadas, también teníamos dudas de si aquella segunda vez habíamos llegado realmente a la cima de la Piluca. No sería la primera vez que repitiendo ruta, unos años más tarde, descubrimos que lo que creíamos que era, no era, y nunca habíamos llegado...
Seguramente hay que bajar por donde están los mastines. No apetece. Está bien así. Volvemos por donde hemos venido. Luego veremos un atajo por el que podríamos haber bajado sin tanto rodeo, pero así está bien. 
La circular señalizada va por la pista de abajo rodeando la Piluca y sube por otro lado (que así la subimos la vez anterior aunque luego hicimos un tramo por senderos equivocados hasta reencontrar el camino correcto). Supongo que aquel día haría mal tiempo en la cima y comimos en otro lado más a resguardo, por eso no recordábamos la cima.
En cualquier caso, da igual. A veces hay que arriesgar y otras ser más conservador. De todo se aprende.

Mirador del Pico Negro, Monte Candiano
23 enero 2022

Girar. Subir, bajar, avanzar, retroceder, errar, acertar... dar la vuelta a la montaña. Girar. Nos olvidamos de Padiérniga, la subida más habitual, y nos vamos a buscar la subida desde la Bien Aparecida.
El comienzo no parece muy alagüeño, nos vamos para otro lado, volvemos, si, no... ¡venga! es lo que hay. Por debajo de la torreta, trepada por la piedra resbalosa y casi a gatas, entre arbustos y maleza, por el sendero empinado, embarrado y poco definido, hasta la torreta superior. Sigo pensando que tiene que haber otra vía más accesible solo que no la encontramos.
Y cumbrear... que no sé si existe la palabreja, pero viene a ser algo así como recorrer todas las cumbres de un mismo cordal, una sucesión de picos que tendremos que subir y bajar. También se pueden rodear, aunque no es lo mismo. Y espantar a los buitres...y observar las distintas formaciones de las rocas que se nos presentan como sacadas de otra era, de un tiempo lejano, de la edad de piedra quizá...
Hay una bajada al final, dicen..., mejor, por mala que sea no puede ser peor que la del inicio. 
Error. Y error significa error. Camino equivocado. Vernos en apuros y volver a subir. No queda otra que desandar el camino y regresar por el mismo lado. ¿o no?. Se presenta otra ocasión, otro sendero. Este tiene mejor aspecto y no hay tiempo para equivocarse, quedan pocas horas de luz. Hay que decidir. Arriesgar. ¿Errar?¿Acertar? pensar... ¿qué aprendimos? ¿qué nos dice la experiencia en terrenos como este? que el primero fue un error más que evidente, de principiantes, y que si analizamos bien todos los detalles que conocemos, si existe una bajada alternativa, ha de ser la que tenemos delante. Y lo es.

Vistas desde el Candiano. Cantabria
23 enero 2022

Y el mundo gira... a veces me aburro y a veces no. Subir, bajar, acertar, errar... Me hago muchas preguntas que casi nunca tienen respuesta. Me gusta la montaña, me gusta la piedra, me gusta el mar...
No me gustan los caminos fáciles y me aburre la monotonía. Cuando una ruta se complica, me siento bien. Cuando me aporta algo nuevo, me siento bien. Cuando la naturaleza me sorprende, me siento bien. Soy yo. Dependo de mi. Asumo mis errores y me enorgullezco de mis aciertos. Nadie me lo da, ni nadie me lo quita. Mis experiencias son mías. Mis sentimientos son míos. Mis victorias y mis derrotas. Mi esfuerzo. Mi aprendizaje. Mi satisfacción. Mis heridas y mis magulladuras. Es mi vida, la otra no...

Ahí abajo, el mundo es diferente. Apenas nada tiene sentido. Falta el aire y no se puede volar. Mis alas están rotas. El esfuerzo no compensa. Y no queda otra... que seguir girando.