Dos instantes que no cambiaría jamás...
Cima del Paña. 17 mayo 2015
Cima del Mosquiteru. 30 mayo 2015
Llegar, sentarte y mirar...
Sentirte tan pequeño y tan grande a la vez...
No hay nada, absolutamente nada que iguale esa sensación.
Es como liberarse de un peso, soltar la saturación, desconectar, sentir el vacío y llenarlo de satisfacción...
Mirar a lo lejos, sentir, ver y reconocer...
conocemos esos lugares, sabemos como se llaman, los hemos sentido, los hemos pisado,
recordamos paso por paso el camino que lleva hacia ellos,
las sensaciones vividas, lo aprendido, lo bueno o lo malo que hemos pasado...
Las montañas, los valles, los senderos...
y no existe nada más...
el momento, el lugar, ese aire para respirar ...
Instantes perfectos que no cambiaría jamás...
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