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11 de diciembre de 2024

La montaña me hace grande


Siempre "a prueba"

Dar ese paso, tomar una decisión,
 arriesgar o no arriesgar,
la montaña, como la vida,
siempre nos pone a prueba.


Ramaderos y Peña Redonda. Montaña Palentina
28 septiembre 2024

Nadie dijo que fuera fácil.

Hay días en que no puedes "ni con tu alma", y otros en los que "te comerías el mundo de un bocado" 

¿Quién pudiera...?

el pequeño saltamontes
28 septiembre 2024

¿Quién pudiera ser como este bichito que nada tiene de qué preocuparse?
¡Ey! ¿qué haces tu subido en mi pierna? ¡Vaya morro que tienes!
Y que viajó gratis el caradura durante varios metros sin querer apearse... y la verdad es que te lo planteas y te das cuenta de un detalle en el que no te habías parado a pensar:
me acepta, acabo de convertirme en un elemento más dentro de su entorno natural.
Y recuerdo...
no es la primera vez que un saltamontes se viene conmigo, ni las mariposas que se posan en los dedos de mis manos, y recuerdo aquella otra que viajó subida a mi mochila, o aquellos corderitos que no paraban de seguirme, y el día que me paré a mirar algo de la cámara y al levantar la cabeza me habían rodeado los caballos, o mis queridísimos tontones, esos burrines que siempre se me acercan corriendo a buscar una caricia...
Aceptación.

Barranco del Cau. Bielsa. Pirineo Aragonés
22 agosto 2024

Detrás de ese pequeño collado, a la izquierda de la montaña que vemos al fondo, entre ella y bajo la otra de piedra que asoma detrás, está el Ibón del Cau.
Dos días antes, el 20 de agosto, subimos nuestro primer "tresmil", el Pico Robiñera. Al día siguiente, un poco más suave, subimos al Puerto Viejo de Bielsa y ya puestos, cumbreamos las puntas de La Agulleta y La Forqueta, sobre la cota 2.500.  Creí que la tercera iba a ser más suave... y casi me da un pasmo de pensarlo. La más dura de todas, por el desnivel y por los tramos a superar en la parte final del barranco, donde se acumula casi todo el desnivel y las pedreras. No creí que llegaría, salvo por dos detalles:
Parar en medio de ninguna parte, en mitad de un barranco, ¿y qué sentido tendría entonces todo el esfuerzo ya realizado?
Y aquella persona con la que nos cruzamos...
Los únicos seres humanos con los que nos cruzamos en aquella ruta fueron tres,  una pareja joven que bajaba de la pedrera y poco después un hombre de más edad que iba solo.
Solo y "más fresco que una lechuga". ¿Qué tenía de especial? Su fuerza de espíritu. La superación. La personificación de lo que la montaña es capaz de infundir en el ser humano.
El hombre tenía una pierna ortopédica, de esas metálicas diseñadas para el deporte, y bajaba por aquel barranco con más pericia y habilidad que yo si trotara con mis dos piernas por un campo.
Si él no se rindió, yo tampoco...
Esfuerzo y superación.

Valdominguero. Picos de Europa
10 agosto 2024

A veces el miedo te paraliza y te confunde. Dudas, no sabes si por cobardía o por prudencia, ¿y si no puedo? ¿y si es demasiado para mi?.  Se aprecian dos líneas transversales  que aparentan ser el camino cómodo, sin embargo no lo son. Es la tercera vía, esa que parte de la sombra negra del centro hacia arriba. De cerca impone más, aquello no parece un camino, sobre todo porque no sabes lo que te vas a encontrar más arriba. Te paras, piensas, sopesas los riesgos y chequeas tu estado, tus condiciones físicas y mentales. Ves bajar a un par de personas que ponen fin a una de tus mayores dudas: si es ese el camino correcto. Lo es. Ahora lo sabes y vuelves a recalcular. Das el paso, no sin cierta reticencia por si hay alguna sorpresa más detrás. Luego, al bajar, todo es más sencillo. Sabes lo que hay y te ríes de tus miedos porque no era para tanto.
El miedo a lo desconocido. Ese: "y si me equivoco" "y si es demasiado para mi..."
Y si no hubieras dado ese paso... Nunca lo sabrías.
 Te hubieras quedado para siempre con la duda. Te hubieras perdido ese momento que si era para ti.
Decisión. Seguridad. Razonamiento.

Lago Moñetas. Picos de Europa
27 agosto 2024

No todos los días son iguales. Y nuestras condiciones tampoco. Hay ocasiones en las que la propia montaña "te echa" y no te deja subir, y otras en las que te recibe con los brazos abiertos y eres tu y sólo tu quien ha de tomar tus propias decisiones.
La idea era subir el Escamellau, que no sale en la foto porque estaría un poco más a la izquierda. Desde aquí se ve el sendero que rodea el lago, se sube esa pequeña "cuesta" de la izquierda y continuando sin grandes dificultades se llega al Escamellau. Lo más costoso ya estaba hecho, el mayor desnivel estaba salvado, apenas quedaban unos trescientos metros de subida hasta la cima y ese camino que bordea da el suficiente respiro para reponer las fuerzas y subir sin dificultad.
Pero hay que saber renunciar. 
Vinimos porque sabíamos que era posible, que estaba a nuestro alcance y dentro de nuestras posibilidades. Ya habíamos estado aquí, en el lago Moñetas, y parte de este camino ya lo habíamos hecho en otras dos ocasiones más. Una para desviarnos un poco más abajo por la canal de Fresnedal hasta el Collado Camburero y otro día por la Majada de las Moñetas y alrededores del Jou de la Arena o el los Machos (no sabemos muy bien). 
La diferencia es que ese día hacía mucho calor y mis condiciones físicas no eran muy buenas. Habíamos tardado mucho más en subir que cualquiera de los otros días porque yo no estaba bien. 
Se podía subir, pero no quise seguir. Era tarde.
Una ruta no acaba en la cima. Termina cuando llegas sano y salvo al punto de partida. 
Yo sabía que podría subir, pero no sabía si aguantaría bien toda la bajada. No reconocerlo sería poner en riesgo mi seguridad y la de mi compañero. Y aún si podía, la bajada sería muy lenta y el tiempo es un factor que siempre hay que tener en cuenta. Da igual que estuviéramos tan cerca. 
La montaña no se va a mover de ahí y sabemos que es factible. Otro día será.
Aprendizaje. Prudencia. Prioridades. Paciencia.

Peña Redonda y Ramaderos desde Cotolorno
17 noviembre 2024

La primera foto de esta entrada está hecha ahí enfrente. La más alta es Peña Redonda y los dos piquitos anteriores Ramaderos. Yo estoy al pie de Ramaderos, en esa colladina, justo antes de subir. Una figura diminuta que casi pasa desapercibida entre las montañas de piedra.
Hoy las veo desde aquí y recuerdo cada paso que di.
Conocerlas me hace grande.
Sé donde estoy y puedo decidir.
En sus laderas he aprendido a vivir. He subido y he bajado. He sufrido y he disfrutado. He aprendido a valorar, a discernir, a medir mis fuerzas, a renunciar, a superar obstáculos, a soltar lastre.
¿Qué es para mi la montaña?
Vida.

Cuando miro las montañas y puedo reconocerlas y llamarlas por su nombre...
 me siento grande.
Cuando recuerdo cada paso, cada historia, cada anécdota...
me siento grande
Cuando miro a mi alrededor y recuerdo todo lo que la montaña me ha enseñado...
me siento grande

Sierra del Cordel. Brañavieja. Cantabria
20 julio 2024

"Siempreviva"


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