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30 de julio de 2013

THE DARK SIDE OF THE MOON

el Curavacas desde el Lezna 29 de junio de 2013

La cara norte del Curavacas. Agreste, sombría, con su forma tan peculiar. Inaccesible. Dura, fría, distante. Me encanta.
Es lo que parece, me atrae como me atraen todas esas cosas imposibles.
No siento no haberla alcanzado, para nada, me gusta verla así, desafiante, midiendo las fuerzas en una batalla sin luchar, de tú a tú, siempre presente y clara.
Viva y transparente.

el Curavacas desde Vidrieros 13 de julio de 2013

La cara sur. Más suave, menos sombría, más cálida. Accesible. 
Bonita. 
No es lo que parece, su suavidad engaña con un largo e inseguro ascenso, el terreno de cerca es pedregoso y resbaladizo, empinado, su color verde es una capa de maquillaje: Líquenes, talos crustáceos que sobreviven en ambientes muy extremos, dotándola de una belleza extraordinaria.
Falsa y maquillada.

Algo en mi interior me decía que no. Su cara norte es visible casi desde cualquier sitio de Cantabria, me encanta, me atrae. Sin embargo la idea de la cara sur... no, desde antes de ir. 
Como ya he dicho, no es inaccesible, estuvimos muy cerca, sé que puedo, pero no quiero...por eso no me costó dar la vuelta. No me gusta.

Me quedo con su cara norte. Esa que nunca será para mí.

La montaña, como la vida, como las personas, transmite sensaciones.
La vida, como las personas, como la montaña...tambiém tiene dos caras.

Y yo... siempre he habitado en el lado oscuro de la luna...



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